jueves, 18 de mayo de 2017

VISITA DE FELIPE IV A ADAMUZ

¿Quién era Felipe IV?
Felipe IV

Felipe IV, conocido como “El Grande” o “El Rey Planeta” fue un monarca español de la dinastía de los Austrias que reinó desde el 31 de marzo de 1621 al 17 de septiembre de 1665 (fecha de su fallecimiento). También fue rey de Portugal desde 31 de marzo de 1621 hasta diciembre de 1640.

Su reinado fue de 44 años y 170 días, siendo el más largo de la dinastía de los Austrias y el tercero de la historia de España, superado por los reinados de Felipe V y Alfonso XVIII.

Nació el 8 de Abril de 1605 en el Palacio Real de Valladolid, fue el tercer hijo y primer varón de Felipe III y la archiduquesa Margarita de Austria. Fue bautizado con el nombre de Felipe Domingo Víctor de la Cruz.

Don Gaspar de Guzmán y Pimentel. I Conde - Duque de Olivares.
Durante el reinado de Felipe IV, se derivaron muchas funciones a Don Gaspar de Guzmán, el famoso Conde-Duque de Olivares y posteriormente al sobrino de este, Don Luis Méndez de Haro (retomaremos a este personaje más tarde).

Fue también durante este reinado cuando España perdió su hegemonía mundial, debido a la guerra constante con los protestantes en toda Europa y la guerra entre Francia y España. Debido a esto España tuvo que ceder su hegemonía a Francia liderada por Luis XIV, “El rey Sol”. De igual forma España tuvo que reconocer la independencia de Portugal y las Provincias Unidas (estado formado por la siete provincias del norte de los Países Bajos: Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht y Zelanda).

Pero a pesar de esto España brilló en el aspecto cultural y vivió la etapa más importante del denominado Siglo de Oro. Felpe IV fomentó la actividad cultural de la corte y en 1623 nombró como pintor de cámara a Diego Silva de Velázquez.

Autoretrato de Diego Silva de Velázquez, 
  
Felipe IV a caballo. Diego Silva de Velázquez.


¿Qué importancia tenía Luis Méndez de Haro para Adamuz?
Luis Méndez de Haro y Guzmán (Valladolid1598 - Madrid26 de noviembre de 1661),  fue el VI marqués del Carpio, I duque de Montoro y II Conde-Duque de Olivares. Fue  general y figura política española.
Era el hijo de Diego López de Haro, marqués de El Carpio, y de Francisca de Guzmán, hermana de Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde-Duque de Olivares.
Hizo carrera en la corte española bajo la protección de su tío, I Conde-Duque de Olivares, al que sucedió como valido del rey Felipe IV cuando su tío fue expulsado en 1643, siendo desde 1648 su Caballerizo mayor.
Nunca llegó a tener la misma influencia y control que su tío. Luis Méndez de Haro fue el principal negociador español del Tratado de los Pirineos en la isla de los Faisanes en 1659. El tratado estaba acompañado del matrimonio entre Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria.  
Su éxito principal fue la victoria contra la insurrección de parte de Cataluña y la recuperación de Barcelona en 1652. La Guerra de Restauración portuguesa, por el contrario, fue un completo fracaso.
Luis Méndez de Haro y Guzmán. VI Marqués del Carpio. 

Luis Méndez de Haro y Guzmán fue señor de Adamuz puesto que la villa pertenecía en aquella época al Marquesado de El Carpio.
            Visita de Felipe IV a la Villa de Adamuz y el recibimiento que le hizo el Marqués de El Carpio.
El rey Felipe IV visita Adamuz en Febrero de 1624.
El rey antes de visitar Adamuz visita El Carpio. Para llegar de El Carpio a Adamuz, ya que en nuestra villa decidió pasar la noche, llego al Camino del Río montado en un caballo junto a su séquito. Para cruzar el río se utilizaba una barca pero para la real visita el Marqués de El Carpio ordenó construir una pequeña galera muy fuerte y segura y acabada en oro y pintura de colores. En la popa se dispuso un toldo de fieltro de damasco carmesí con acabados dorados. Se contrataron a 6 remeros vestidos del mismo color carmesí del toldo de la galera. Aunque el Conde – Duque de Olivares prefirió que el rey no pasara en esa barca y pasó por la barca ordinaria.
Mientras Felipe IV cruzaba el río pudo contemplar el sistema de riego que se utilizaban para regar aquella ribera, huertas de frutales, moreras, etc… Su Majestad se alegró tanto de verlas como los hizo su abuelo Felipe II.
Felipe IV, el señor Infante, el Conde -  Duque de Olivares, el Don Luis Méndez de Haro y el resto  de la comitiva llegaron a Adamuz antes del anochecer de aquella jornada y se dirigieron a la casa que le iba a servir de aposento al rey y sus acompañantes. Esta casa no fue otra que la de Los Lara – Ayllón (actual biblioteca y oficina de turismo). Los señores y dueños de esta casa se portaron tan bien con el monarca que este les otorgó la fórmula del patronato real. Este derecho facultaba a la familia para poder usar el escudo de armas de la Dinastía de los Austrias, este escudo aún se puede observar actualmente encima del balcón de la fachada. Este escudo consta de un águila bicéfala tocada con la Corona Real.
Escudo de los Austrias en la casa de Los Lara - Ayllón.

En dicha casa fueron recibidos con viandas y abundantes regalos.
Fachada actual de la casa de Los Lara - Ayllón


El miércoles por la mañana el rey se levantó a las cinco de la mañana y puesto que era miércoles de ceniza quiso recibir la ceniza.
Volvió a la posada donde se alojaba y donde se encontraban preparadas tres mulas. Se subió el rey en una de ellas, el Señor Infante y el Conde – Duque de Olivares en las dos restantes. El Marqués de El Carpio, Don Luis Méndez de Haro usó dos rocines.
Los nobles y el rey partieron hacia Baldeja donde le estaban esperando 50 monteros vestidos de verde, con escopetas al hombro, en dos hileras y 30 batidores con 20 perros de caza. Tocó el trompeta que los acompañaban e hicieron el saluda y el recibimiento a su Majestad, disparando todos al mismo tiempo sin quitar las escopetas de sus hombros. En esta comitiva de monteros se encontraba Antonio Fernández Madueño, capitán de la compañía de los Reales Alcazares de la Inquisición de Córdoba, que era vasallo del Marqués y fue nombrado montero mayor para tal ocasión y que en hombre de su escuadra llego a besar la mano del rey.
Retrato de Felipe IV de cazador.


Su majestad lideró la comitiva de la cacería hasta que llegaron  al cerro que llamaban el Tamujoso y fue aquí donde el rey se dirigió a todos sus acompañantes.
En este lugar los monteros y batidores comenzaron a dividirse por el monte y el rey y el resto de nobles que lo acompañaban se colocaron en su posición para cazar. Soltaron a los perros y otros dos sabuesos que traía en rey. Primero salieron tres lobos, a uno le tiró el Señor Infante y lo mató, otro lo mató el Marques de El Carpio y el tercero se escapó porque su Majestad no quiso dispararle. Salió más tarde un jabalí al que el rey abatió.

Desde este monte se dirigió su Majestad  a Los Conventos donde comió pescado junto a los monteros, señores de Cámara y los religiosos del lugar.

Por la tarde volvió el rey a Adamuz por el monte llamado de las Maravillas, donde le salieron muchos jabalíes. También se levantó mucho aire pero su Majestad no quiso pararse porque estaba cansado y quería llegar pronto a la casa donde se hospedaba.
El Jueves por la mañana el monarca escuchó misa en la Iglesia Mayor de Adamuz, cuando acabó se subió en su caballo y tomó el camino de Córdoba acompañado de todos los monteros, hasta salir de estas tierras.

El Marqués de El Carpio con motivo de la visita de su Majestad Felipe IV a sus villas de El Carpio y Adamuz le regaló al monarca un curioso ajedrez valorado en 3000  escudos, organizó unas costosas fiestas de cañas, acompañado de los mayores nobles de Córdoba, que salieron en seis cuadrillas, de a cuatro por cuadrilla, galanes y  curiosamente aderezados, hermosos caballos, costosas libreas, vistosos colores, ingeniosas cifras, galanas empresas y maravillosos poemas.
 Fuentes:

Martín-Fontecha Amil, A.J.  “Relación de recibimiento, hospedaje y fiestas que el Marqués Del Carpio, Gentilhombre de la Camara de su Magestad Hizo al Rey D. Phillippe IV en su estado y villas del Carpio y Adamuz (Febrero 1624).

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