Las
urgentes necesidades de la hacienda real introducen cambios sustanciales en los
siglos XVI y XVII, pues el área territorial experimenta una sensible merma con
la venta de poblaciones a miembros de la nobleza o con la independencia de las
sometidas a la antigua sede califal.
A lo
largo de la segunda mitad del siglo XVI varias localidades importantes quedan
segregadas de la jurisdicción de Córdoba y pasan a dominio señorial o bien se
transforman en lugares eximidos. La ciudad transmite al monarca( Felipe II)
fuertes protestas mostrando su disconformidad, pero la oposición va a resultar
ineficaz.
El
fenómeno adquiere especial relevancia en la década de los sesenta cuando Felipe
II autoriza la separación de cuatro poblaciones sujetas hasta ahora al
municipio cordobés: Adamuz, Pedro Abad, Castro del Río y Santaella. Las tres
primeras se convierten en señoríos, mientras que la última quedará como lugar
eximido.
Adamuz inicia la Edad Moderna con jurisdicción de
realengo, vinculada a la ciudad de Córdoba, pero en 1566, Felipe II vendió la villa y su término a Luís Méndez de Haro y
Sotomayor, Marqués del Carpio, cuyo escudo de armas es el que actualmente
utiliza como sello municipal el Ayuntamiento.
- Armas (Haro): En campo de plata 2 lobos de sable, pasantes, puestas en palo y cebados de un cordero; primera bordura de plata con 4 pedazos de cadena de azur, colocados en cruz, rodeada de otra bordura de gules con 8 aspas de oro.
El
valor de la venta fue el equivalente al importe de la renta del almojarifazgo (Impuesto
sobre el traslado de mercancías)
de la villa por valor de 16.000
maravedíes quedando de esta manera
vinculada la villa de Adamuz al marquesado de El Carpio hasta el siglo XIX.
Fotos pergamino de la venta de Adamuz
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