domingo, 7 de julio de 2019

LOS NOMBRES DE LAS CALLES DE ADAMUZ


Querid@s lectores, aquí tenéis una recopilación de la historia de algunas de  las calles de Adamuz para que la disfrutéis.

  • Calle Mesones
  • Calleja Chinchilla
  • Calle del Mesón del Obispo
  • Calle de la Fuente
  • Calle Almona
  • Calle de la Libertad
  • Calle de la Soledad
  • Calle Pedroche
  • Calle de la Iglesia
  • Calle de la Venta del Mercader y de la Venta del Aguadul
  • Calle del Calvario
  • Calle Córdoba
  • Calle niño del Museo
  • Calle del Concejo
  • Avenida de la Puerta de la Villa
  • Calle San Andrés
  • Calle Luís Vélez de Guevara
  • Calle Fuente Cabrera
  • Plazuela del Carmen
  • Calle Maimónides
  • Calle Averroes
  • Calle Séneca
  • Paseo Antonio Gala
  • Calle Federico García Lorca 
  • Calle Rafael Alberti
  • Calle Pósito
  • Calle Alhóndiga
  • Calle del Horno
  • Calle de las Dueñas


CALLE MESONES

Calle Mesones es una de las calles más antiguas de Adamuz y la calle principal del pueblo, puesto que se encuentra en pleno Camino Real de la Plata.
Dado al auge del Camino Real de la Plata, en el S.XVII, muchos de los nobles cordobeses decidieron fijar su residencia en Adamuz, por eso en esta calle proliferan  las casas señoriales, grandes casas que poseían, la mayoría, un patio con un pozo, grandes bodegas y cuadras y aposentos para los señores. Hoy en día estas casas son fácilmente reconocibles por sus fachadas, ya que los nobles exteriorizaban su poder  decorando la fachada de sus casas, utilizando la piedra de molinaza, ejemplo de estas casas son la Casa de Los Lara Ayllón, Casa de los Riveras….
Al principio calle Mesones  recibía el nombre de calle Real por ser, como hemos dicho al principio, la calle principal de la Villa de Adamuz;  más tarde acuñó el nombre que tiene en la actualidad porque en esta calle eran donde se encontraban los mesones y posadas de Adamuz.


CALLEJA CHINCHILLA

                Hemos encontrado un documento donde aparece el nombre de esta calle como Calle Anchilla (Escudos de Córdoba y provincia. Mª Ángeles Jordano Barbudo 2012 p. 418), tal vez el origen de esta calle estuviese en ese nombre  (suponemos que por forma irónica debido a lo estrecha que es la calle) y que con el devenir de los años y la forma de pronunciar  (rápido y seguido) derivó en Calle Chinchilla.


CALLE DEL  MESÓN DEL OBISPO

                Esta calle recibe este nombre porque es aquí mismo donde se encontraba el antiguo Mesón del Obispo, antigua posada que dio cobijo al caminante, siendo una de las más lujosas de la villa. En  este mesón se hospedaban los caminantes que viajaban a lo largo del Camino Real de la Plata, si se dirigían hacia Córdoba este era el lugar de descanso antes de emprender la jornada que los llevara a las posadas de la Plaza del Potro en Córdoba. Cuenta la leyenda que la Reina Isabel La Católica estuvo alojada aquí.
                Ente los dueños más destacados del Mesón del Obispo cabe destacar al Marqués del Carpio, antepasado de la Duquesa de Alba, así como Juan José Torralba y Ortega, caballero de la Orden de Santiago y gran terrateniente  adamuceño del S.XVIII, siendo dueño de una de las casas solariegas más importante del pueblo, la que se conoce hoy en día como Casa de los Riveras.
Con el paso de los siglos y ya en el S.XX, los restos del Mesón del Obispo fueron utilizados para la remonta, más tarde estos restos fueron derribados y dieron lugar a las casas familiares que hoy en día se ven y al nombre actual nombre de esta calle.




CALLE DE LA FUENTE

                Calle de la Fuente es un tramo más del Camino Real de la Plata, a través de la villa. En el S.XVIII, se llamaba calle Cascotes, aunque era más conocida como de la Fuente, debido a que desembocada en la Fuente del Pilar y dando lugar al nombre que tiene esta calle en la actualidad.
                A lo largo de esta calle ya se empiezan a observar la importancia que tuvo el Camino Real de la Plata en Adamuz y el auge que tuvo, ya que a lo largo de la calle se pueden observar en los dinteles grabados de algunas casas la buena posición social

CALLE ALMONA

                Se cree que esta calle o en las cercanías de esta se encontraba una antigua almona. La palabra almona tiene tres significados:
1.       Jabonería (en Andalucía).
2.       Pesquería o sitio donde se pescan sábalos (en Cádiz).
3.       Casa, fábrica o almacén público (acepción en desuso).
La palabra almona proviene del árabe, como la mayoría de las palabras que empiezan por al-.
El Diccionario de la RAE vigente decreta que procede del árabe hispano *máwna y éste, a su vez, del árabe clásico ma'ūnah.
                Nosotros creemos que en Adamuz una almona podrían significar almacén público, puesto que cerca de esta calle, más concretamente en la calle de la Libertad se encontraba un silo para almacenar grano y no descartamos que en los alrededores y en el resto de las calles de la villa existieran este tipo de almacenes, debido también a que la principal fuente de ingresos desde antaño ha sido la agricultura.     
        
CALLE DE LA LIBERTAD


                La calle de La Libertad anteriormente e incluso hoy en día algunas personas la siguen llamado Calle de la Cárcel, recibe este nombre porque donde hoy se encuentra el Museo Municipal fue cárcel durante la guerra civil. De hecho todavía en el interior se puede observar una antigua ventana con las señales que hacían los presos en la madera de la misma, así mismo también se puede ver un antiguo bloque de piedra que servía de cama.
                Pero su origen fue distinto, su construcción se cree que fue en el S.XVI, junto con la Torre del Reloj. Pero fue en el S.XVIII cuando tuvo su mayor utilidad, fue pósito municipal, de hecho todavía se conserva en el patio la antigua rampa que servía a las bestias para cargar y descargar el grano.
En su día este edificio también albergó Carnicerías, como se ha dicho antes, cárcel durante la guerra civil, y Ayuntamiento.
Ya época más reciente y democrática el nombre de la calle pasó de llamarse calle de la Cárcel a calle de la Libertad como contrapunto a ese pasado oscuro.
                 
CALLE DE LA SOLEDAD

                La calle de La Soledad tiene este  nombre debido a la ermita de la Soledad y el pozo de Santiago (siglo XVIII) formaba parte de este conjunto monumental.
Cuando un comerciante o caminante iniciaba desde Adamuz su viaje o llegaba a la villa, era parada obligada visitar la Ermita de la Soledad para pedir fortuna en su aventura y posteriormente se paraba a refrescarse en el Pozo Santiago.
La plaza también recibe el nombre de La Soledad por la ermita.
Los últimos datos que tenemos de la desaparición de la Ermita de la Soledad hacen creer que fue por alguno de los siguientes motivos:
1.            Por deterioro por la falta de fondos, reflejados en el Catastro de la Ensenada (encuesta de 40 preguntas, habitantes, propiedades, patrimonio, ganado, etc…)
2.            Durante la guerra civil.



CALLE PEDROCHE



Calle Pedroche era la antigua vía pecuaria o camino de carne de Adamuz, por esta calle transitaban los ganaderos con reses, rebaños, mulos, burros...
                En la actualidad todavía se pueden apreciar restos de este camino de carne, como una argolla en el suelo donde se ataban a las bestias.
Calle Pedroche y calle Mesones eran las dos vías principales de Adamuz y a partir de estas se fueron originando el resto de calles y  el trazado urbano actual.

CALLE DE LA IGLESIA

Creemos y tiene su lógica pensar que esta calle recibe este nombre ya que nace desde la Iglesia de San Andrés Apóstol, la iglesia mayor de Adamuz.

CALLE VENTA DEL MERCADER Y CALLE VENTA DEL AGUADUL

Estas calles, que son aledañas, reciben este nombre por el nombre de dos ventas con estos nombres que existían en los alrededores de la villa.   
Estas ventas eran donde los viajeros descansaban o adquirían provisiones entre pueblo y pueblo.
Si el caminante partía hacia Castilla, la próxima venta que se encontraba era la Venta del Aguadul o de Aguadulce, que todavía se conserva en la actualidad.
Existían 11 ventas entre Adamuz y Conquista.

CALLE DEL CALVARIO

                Calle del Calvario es una calle de origen medieval, surgió paralela a la calle Mesones, pero a diferencia de esta, donde se asentaban los nobles cordobeses y ricos adamuceños, en esta calle residían los jornaleros, los campesinos, los ganaderos y agricultores de Adamuz.
                ¿Recibirá el nombre del Calvario por su empinada cuesta que es un calvario subirla para quien no este acostumbrado? ¿O será  por qué  hace referencia al calvario de Cristo, ya que va a desembocar a las cercanías de la Iglesia San Andrés?.



CALLE CÓRDOBA

                Esta calle pudo ser nombrada con este nombre en honor al nombre de la capital de provincia o por la provincia en sí. Pero lo más seguro sea que recibe este nombre porque se une con el antiguo camino que llevaba hasta la capital cordobesa.

CALLE NIÑO DEL MUSEO

Esta calle es un homenaje a unos de los cantaores más importantes, afamados y grandes que ha dado Adamuz.
El Niño del Museo fue el nombre artístico de Francisco Rojas Cortes. Nació el día 25 de junio de 1905 en Adamuz, su profesión fue arriero, aunque empezó su vida artística en Sevilla, donde haciendo el servicio militar, fue invitado a cantar en la taberna que se encontraba junto al museo de Bellas Artes, denominada El museo, junto a Pericón de Cádiz.

Más tarde consiguió un premio en Málaga, lo que le valió como un contrato en el café de Chinitas. En 1931, conoce a la bailaora Gloria Moreno conocida artísticamente como "Tomasa" con la que contrae matrimonio en la capilla de San Pío V, en Adamuz.
Hay que destacar su debut en la copla andaluza y su estancia de un mes y medio en el teatro Pavón de Madrid, en 1932. El año 1933 lo pasa prácticamente en Buenos Aires, aunque los resultados obtenidos no fueron muy satifactorios, a pesar de lo cual sigue con sucesivos viajes a América. Después de la guerra civil, en la que permaneció en el bando republicano, intentó rehacer su carrera artística, pero como no le fueron bien las cosas, regresó a Adamuz donde ejerció de tabernero. Murió el 25 de junio de 1947, en su Adamuz natal.

CALLE DEL CONCEJO

Existe un arroyo que transcurre a las afueras del pueblo que tiene el mismo nombre que esta calle, pero también es interesante saber que Adamuz perteneció al concejo de Córdoba.
Desde 1260, perteneció Adamuz, a la jurisdicción de Córdoba, cuyo Consejo nombraba los alcaldes y oficiales.


AVENÍDA DE LA PUERTA DE LA VILLA

Nombrada así porque es la entrada al pueblo. Es cierto es que en Adamuz existió un castillo, tal vez una puerta de este daba acceso a la villa.

CALLE SAN ANDRÉS

Esta calle recibe este nombre por el patrón del pueblo San Andrés Apóstol  y por su cercanía a la iglesia mayor que recibe el mismo nombre.

CALLE LUIS VÉLEZ DE GUEVARA

Luis Vélez de Guevara fue un escritor del Siglo de Oro español, con obras tan reconocidas como El diablo cojuelo. Pero en Adamuz es muy importante porque fue  nuestro pueblo el que le inspiró como lugar de desarrollo de su obra de teatro Luna de la Sierra. Obra que trata sobre una adamuceña muy bella apodada por ello la luna de la sierra y como la reina Isabel la Católica a su paso por Adamuz, ya que lo nombró plaza de armas en la guerra contra el reino Nazarí de Granada; intervino en la historia de amor de Pascuala, la luna de la Sierra y su enamorado Antón.
Esta calle es nombrada en honor a este gran autor español.

CALLE FUENTE CABRERA

                Esta calle lleva el nombre de Fuente Cabrera, un lugar donde existe un depósito de agua donde antiguamente donde se iban a recoger agua y los animales podían beber. En la actualidad esta fuente todavía existe.

PLAZUELA DEL CARMEN

                Esta plazuela tiene este nombre en honor a la Virgen del Carmen, debido a esto los vecinos pusieron una imagen de la Virgen en una hornacina y se puede apreciar desde el centro de la plaza.


                Como dato adicional que en Adamuz existen varios lugares dedicados a la Virgen del Carmen. Uno de ellos es la capilla del cementerio que está dedicada a esta advocación de la Virgen María y también existe una imagen de esta Virgen en la Iglesia de San Andrés, más concretamente en una ventanita encima del arco de la puerta de la Capilla del Bautismo.


CALLE MAIMÓNIDES

                Calle en honor al médico judío cordobés Maimónides.
                Maimónides nació en Córdoba el 30 de marzo de 1135 en pleno Imperio Almorávide. Fue médico, rabino y teólogo judío de al-Andalus. Tuvo importancia como filósofo en el pensamiento medieval.
Escribió varias obras y tratados médicos que se siguen utilizando en la actualidad.

CALLE AVERROES

                Averroes (latinización del nombre árabe أبو الوليد محمد بن أحمد بن محمد بن رشد ʾAbū l-WalīdʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd; Córdoba, Al-Ándalus, España, Imperio almohade, 14 de abril de 1126–Marrakech, Imperio almohade, 17 de diciembre de 1198) fue un filósofo y médico español andalusí de origen bereber, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina.

CALLE SENECA

                Nombrada en honor de Lucio Anneo Séneca (en latín, Lucius Annaeus Seneca; Corduba, 4 a. C.-Roma, 65 d. C.), llamado Séneca el Joven para distinguirlo de su padre, fue un filósofo, político, orador y escritor romano conocido por sus obras de carácter moralista. Hijo del orador Marco Anneo Séneca, fue cuestor, pretor y senador del Imperio romano durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, además de ministro, tutor y consejero del emperador Nerón

PASEO ANTONIO GALA

                Calle dedicada al escritor cordobés Antonio Gala.


CALLE CLAUDIO ROMERA

El nombre de esta calle proviene de Claudio Romera Berna.

Claudio Romera fue un jornalero, miembro de la UGT y afiliado a la AS de Adamuz (Córdoba). Fue alcalde del ayuntamiento de dicha localidad durante la Segunda República.
El 11 de septiembre de 1949, diez años después del final de la Guerra Civil, murió en una finca de Adamuz (Córdoba) Claudio Romera Bernal, considerado como el último maquis de Sierra Morena. Romera vivió diez años entre Pozoblanco, Villanueva de Córdoba y Adamuz, al mando del 32ª División de la 3ª Agrupación Guerrillera de Córdoba. Durante esa década, perdió a casi todos los hombres que dirigía. Finalmente, también perdió la vida con 41 años. Claudio Romero Bernal murió a manos de la Guardia Civil en la finca Moradillas del Cuadrado. Su cadáver, que llevaba un pañuelo rojo en el cuello, fue expuesto durante dos días junto al Ayuntamiento y la Torre del Reloj, para que la población local supiese qué pasaba con los guerrilleros que desafiaban al régimen franquista. Después, su cuerpo fue arrojado a la fosa común del cementerio de Adamuz, junto a los restos de unas 50 personas más, entre guerrilleros, enlaces de los maquis y otras víctimas que no tenían vinculación con la resistencia.

CALLE FEDERÍCO GARCÍA LORCA Y CALLE RAFAEL ALBERTI

Calles nombradas en honor y homenaje a estos dos grandes poetas andaluces de la Generación del 27.


CALLE PÓSITO

                Un pósito es un depósito de cereal de carácter municipal, cuya función primordial consistía en realizar préstamos de cereal en condiciones módicas a los vecinos necesitados.

CALLE ALHÓNDIGA
                Una alhóndiga (del castellano antiguo alfóndiga, a su vez del árabe al-fondaq, este a su vez del griego "pandocheion", lit.: 'bienvenidos todos') o almudí, almudín, alholí o casa pública o mercado de los vecinos era, antiguamente, un establecimiento en donde se vendía, compraba e incluso se almacenaba grano, cuyo fin era socorrer a los vecinos y principalmente a los labradores en épocas de escasez.
Los almudíes públicos eran establecimientos gestionados por los ayuntamientos a donde cuantos introducían cualquier clase de granos para vender se hallaban obligados a llevarlos con igual objeto. El almudí se componía de grandes y espaciosos almacenes o lonjas en que se colocaba cómodamente toda clase de grano. Estaba abierto durante el día y a este depósito acudían a menudo muchos cuerpos y particulares que deseaban adquirir determinada cantidad de cereales para sus necesidades. Cada concurrente o tenedor de granos satisfacía por derechos un precio por cada cantidad de trigo, centeno, mijo, judías, maíz, habas, cebada y avena que guardaba.
Actualmente empresas y cooperativas dedicadas al sector agrario usan el término "alhóndiga" en sus denominaciones sociales, sobre todo las de Andalucía y Murcia.1
La función de dichas alhóndigas, en Andalucía y Murcia, es unificar la oferta y la demanda de los productos hortofrutícolas. Donde los agricultores llevan sus productos a la alhóndiga y esta se encarga de subastarlos mediante una subasta dinámica a la baja a cambio de una comisión.

CALLE DEL HORNO

                Esta calle tiene este nombre debido a la existencia de un horno.

CALLE DE LAS DUEÑAS


No sabemos con exactitud si el nombre de esta calle viene dada por Fray Pedro de Dueñas un monje que estuvo en el Convento de San Francisco del Monte, pero creemos que es  interesante la historia de este beato puesto que estuvo en territorio de Adamuz. Para conocer la historia de este clérigo debemos conocer primero la historia de Juan de Cetina.

Juan de Cetina


Nació fray Juan en la villa de Cetina, cerca de Calatayud, de la actual provincia de Zaragoza, el año 1340. Su padre se llamaba Juan Lorenzo, nombres que impuso al hijo. Se desconoce el nombre de la madre. Prendado el señor de Cetina de las dotes naturales del niño, le ofreció los cuidados y la educación de su palacio. La primera juventud de Juan de Cetina estuvo envuelta en las vanidades mundanas del palacio de su señor, hasta que, desengañado, buscó la vida de retiro y austeridad, que encontró en San Ginés, cerca de la ciudad de Cartagena. Allí, en una pequeña ermita, llevó vida de anacoreta, dedicado a la oración, al ayuno y a la penitencia.
Un buen día, de no sabemos qué año, Juan Lorenzo sintió deseos de consagrarse a Dios en la vida de comunidad y obediencia religiosa. La Providencia lo encaminó al convento de San Francisco de la villa de Monzón, que era casa de noviciado de la Provincia franciscana de Aragón. Allí cambió su hábito de ermitaño penitente por el de hermano franciscano, e hizo el noviciado. Hecha la profesión, cursó en el mismo los estudios de las Sagradas Escrituras y de los Santos Padres, hasta su ordenación sacerdotal. Conociendo los superiores su aplicación y aprovechamiento en los estudios, lo mandaron a Barcelona para que estudiara las Artes y la Sagrada Teología. Terminados los estudios con notable aprovechamiento y conociendo el ambiente religioso de aquella Barcelona donde convivían cristianos, judíos y musulmanes, se dedicó a las tareas apostólicas del púlpito y consiguió conversiones admirables, que le hicieron amado, venerado y temido, tanto de los fieles como de los infieles, quienes le tomaron por enemigo y maquinaron su persecución.
De natural dado al retiro y a la soledad, fray Juan debió de sentirse abrumado por las multitudes y por el ajetreo de la predicación, y también cansado por la hostilidad y persecución de sus enemigos. Pensó entonces sosegarse y prepararse mejor en una vida de oración y penitencia, y obtuvo el permiso para retirarse a un convento solitario y penitente. El año 1388 se había fundado en Chelva, del reino de Valencia, un convento de suma austeridad y gran recogimiento, en un paraje solitario pero encantador, alejado de la población. El convento pertenecía a la Provincia franciscana de Aragón. Cuando llegó fray Juan al convento de Nuestra Señora de los Angeles de Chelva, como así se llamaba entonces, quedó admirado de la soledad del paraje, de lo angosto de las celdas y de la pobreza en que vivían sus moradores. Escogió para vivir una de las cuevas que hay en lo más alto de la huerta, y allí se entregó a la penitencia y a la contemplación, al estilo de lo que había vivido en San Ginés de Cartagena, pero participando en los actos de la comunidad.
En noviembre de 1391 fueron martirizados en Jerusalén san Nicolás Tavelic y tres compañeros suyos, cuya fiesta se celebra el 14 de noviembre. No tardó en llegar la noticia de ese martirio a fray Juan, quien, movido por su deseo de dar la vida por Cristo, viajó a Roma con el fin de pedir al papa Bonifacio IX permiso para ir a Jerusalén a predicar el evangelio a los musulmanes. El Pontífice le dio permiso escrito para predicar a los infieles de cualquier lugar, menos a los de Jerusalén, por la situación crítica que se había creado allí en 1391. Viendo fray Juan cerrado el camino de Tierra Santa, dirigió sus pasos a Andalucía, en busca del ministro Provincial, para presentarle las letras credenciales del Papa y obtener su autorización para ir a predicar a los musulmanes de Granada. El Provincial le hizo reparar en las dificultades de la empresa, y resolvió enviarlo al convento de San Francisco del Monte, cerca de Córdoba, en lo más áspero de Sierra Morena, obediencia que Fray Juan aceptó generosamente. Este era un convento de gran soledad, pobreza y silencio, muy apto para la oración y contemplación. Allí vivió fray Juan de modo semejante a como lo había hecho antes en los retiros de San Ginés y de Chelva. Colaboró en las obras de ampliación del convento y se cuentan de él varios hechos milagrosos que hicieron correr su fama de santidad por toda España. A él, en cambio, no le preocupaba sino el obtener autorización para ir a predicar a los musulmanes de Granada. A tal fin escribió al Ministro de la Provincia de Castilla, a la que pertenecían los conventos de la Custodia de Andalucía. En el Capítulo provincial celebrado en Burgos el año 1396, el Custodio de Andalucía presentó un informe del convento de San Francisco del Monte y de las virtudes, penitencias y altísima contemplación de fray Juan de Cetina, así como de los hechos maravillosos ocurridos por su mediación. El Capítulo resolvió que se le diese la licencia que pedía, y así el Provincial se la remitió por escrito. Fray Juan recibió con inmensa alegría esta noticia, tanto tiempo esperada. Tenía entonces 56 años de edad. Para viajar a Granada fray Juan, según la costumbre de entonces, tenía que escoger como compañero de viaje a un hermano, que tenía que ser aprobado por los religiosos de la comunidad de San Francisco del Monte. Y ése fue fray Pedro de Dueñas.

Pedro de Dueñas

Según la opinión de E. Caro y del P. Darío Cabanelas, que nos parece la más probable, fray Pedro era natural de Bujalance, provincia de Córdoba; sus padres eran Alonso de Dueñas e Isabel Sebastián; el padre, a su vez, era natural de Dueñas, en el obispado de Palencia, de donde tomó el apellido que luego pasó a su hijo fray Pedro. Este se dedicaba a la labor del campo cuando sintió deseos de entrar en la orden franciscana, y, con la aquiescencia de su padre, se dirigió al convento de San Francisco del Monte.
Allí vistió el hábito franciscano, en el estado de hermano no clérigo, y se distinguió por su humildad y sencillez; tendría unos dieciocho años. Cuando fray Pedro terminó el noviciado e hizo la profesión, fray Juan le comunicó su deseo de que le acompañara a predicar a los musulmanes de Granada. Aunque la comunidad de San Francisco del Monte puso reparos a los deseos de fray Juan, por la juventud de fray Pedro y su corta experiencia en la vida religiosa, acabó otorgando su licencia, y, desde ese momento, las vidas y martirio de estos varones de Dios discurrirán juntas.
Misión y martirio de los beatos
El 28 de enero de 1397 llegaron los santos misioneros a la ciudad de Granada. De inmediato hicieron público el motivo de su misión: anunciar a Jesucristo, verdadero Dios y único Salvador. Llegó la noticia de su presencia y predicación al Cadí, Justicia mayor de la ciudad, quien mandó prenderles y traerlos a su presencia. Al preguntarles quiénes eran y a qué venían, fray Juan expuso al Cadí el objeto de su viaje. Enfurecido el Cadí, los trató de atrevidos y locos, y mandó que los llevasen a la posada de los Mercaderes catalanes, donde había ya otros religiosos, quienes trataron de disuadirles de su empeño. Los Siervos de Dios continuaron predicando, y entonces el Cadí ordenó que los encerraran en el Corral de los Cautivos. Durante su cautiverio los Siervos de Dios fueron obligados a trabajos forzosos en las viñas de un término llamado Dixan y en la excavación de una gran cisterna cerca de la Alhambra. Fray Pedro, no obstante su mocedad, cayó gravemente enfermo. Todavía convaleciente fray Pedro, cayó igualmente enfermo fray Juan. Mientras que aquél tuvo en las noches el alivio de fray Juan, éste ni tal favor pudo disfrutar porque, aún débil fray Pedro por la enfermedad y obligado a trabajar durante el día, era tal la fatiga en la noche, que se le hacía imposible la vigilia para cuidar a fray Juan. Tres semanas duró la enfermedad de éste. El Señor escuchó su oración y lo llenó de consuelo restituyéndole la salud.
El 17 de mayo de 1397 regresó a Granada el Sultán Mahomed Abenbalba. Los cronistas resumen sus crueldades diciendo que era un rey malvado. Dos días después mandó al Cadí traer a su presencia a los dos cautivos franciscanos. Ante las puertas de Palacio le dijo fray Juan a fray Pedro, con admirable serenidad: "Alégrate, hermano y compañero mío, que ya Nuestro Señor nos llama y promete dos coronas por la confesión de la fe, si vencemos los tormentos que nos esperan". El diálogo que mantuvo fray Juan con el Sultán llenó a éste de indignación, y desahogó su cólera azotando al fraile hasta no tener más fuerzas. Descarnado su cuerpo hasta vérsele los huesos, fray Juan exclamó: "Sea mi Señor Jesucristo bendito y alabado". Mientras tanto, fray Pedro, hincado de rodillas, rezaba y daba gracias a Dios por la fortaleza que observaba en fray Juan. La cólera del Sultán se vio atizada por las intrigas de sus vasallos, quienes le advirtieron del riesgo que corría su fe mahometana si mantenía en vida a estos frailes, y le persuadieron de que, quitándole la vida a Fr. Juan, quedaría solo su compañero que, como mozo, sería más fácil de reducir a la Ley del Corán. Finalmente, encendido en ira el Sultán, arrancó el alfanje que traía ceñido y, entrando en la prisión donde estaba Fr. Juan, le cortó con sus propias manos la cabeza. Apenas cometida esta sacrílega acción, el Sultán propuso a fray Pedro la alternativa de vivir tranquilo en su corte si renunciaba a su fe y abrazaba la ley de Mahoma, o morir despedazado como su compañero. El valeroso hermano contestó al Sultán: “Admito por más conveniente a mi alma, padecer la muerte que tú dices, que aceptar las ofertas que me ofreces”. Intentaron convencer a fray Pedro para que reconsiderara la oferta del Sultán, sin que lo consiguieran, por lo que el Sultán, sacando el alfanje, se fue monje, y de un golpe le cortó la cabeza, como había hecho con su compañero. Los restos mortales de los mártires fueron arrojados fuera de las murallas, donde los recogieron los mercaderes catalanes y los cautivos cristianos, que enviaron una parte de los mismos a Sevilla y Córdoba y otra parte mayor a Vich, junto con un relato de los hechos que habían presenciado.
El  martirio de estos dos confesores de la fe de Jesucristo tuvo lugar el 19 de mayo del año 1397, sábado, en la ciudad de Granada, en los patios de la Alhambra. Contaba entonces fray Juan de Cetina 57 años de edad; no sabemos cuántos de vida religiosa y de sacerdocio. Fray Pedro de Dueñas tenía unos 20 años de edad y tan sólo uno de religioso. Su misión apostólica fue muy corta, no llegó a cinco meses, pero intensa . En 1583 la provincia franciscana de Granada los escogió como sus patronos. El Papa Clemente XII aprobó su culto el 29 de agosto de 1731.


Juan de Cetina y Pedro Dueñas

BIBLIOGRAFÍA



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Chrónica Seráfica de la Santa Provincia de Aragón de la regular Observancia de Nuestro Padre San Francisco,
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Dos mártires franciscanos en la Granada nazarí: Juan de Cetina y Pedro de Dueñas,
separata de "Estudios de Historia y Arqueología Medievales", Vols. V y VI, Universidad de Granada, 1985-86.
Caro, E.,
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Historia de los santos mártires Juan Lorente de Cetina y Pedro de Dueñas.
Zaragoza 1924, 2.ª ed.
Ibáñez, J.,
Libro Conmemorativo del VI Centenario de San Juan Lorenzo de Cetina (1397-1997),
Comisión VI Centenario, Cetina 1997.   
Wikipedia.org.
Escudos_de_cordoba_y_provincia. Mª Ángeles Jordano Barbudo 2012