viernes, 7 de septiembre de 2018

¿ ES REALMENTE ADAMUZ TIERRA COLORADA DE LOS FENICIOS?

La frase Adamuz tierra colorada de los fenicios es una de esas expresiones muy arraigadas en los adamuceños y adamuceñas, incluso había un cartel que daba la bienvenida a  Adamuz con dicha frase.
Cartel que daba la bienvenida a Adamuz

 Pero ¿por mucho que un dicho esté enraizado en un lugar lo convierte en verdad?, en realidad lo que sí que está confirmado es que Adamuz es tierra colorada, pero ¿de los fenicios, es cierto que estuvieron por nuestras tierras?
A lo largo del siguiente artículo vamos a intentar responder a estas preguntas.

En primer lugar vamos a explicar “grosso modo” la civilización fenicia:

Fenicia es el nombre de una antigua región del cercano oriente, cuna de la civilización fenicio-púnica, que se extendía a lo largo del Levante mediterráneo, en la costa oriental del mar Mediterráneo. Su territorio abarcaba desde la desembocadura del río Orontes al norte, hasta la bahía de Haifa al sur, comprendiendo áreas de los actuales Israel, Siria, Líbano y Palestina, una región denominada antiguamente Canaán, con cuya denominación se engloba muy a menudo en las fuentes.
El suelo de Fenicia, montañoso y poco apto para la agricultura, orientó a sus habitantes hacia las actividades marítimas. Los fenicios utilizaron la navegación de cabotaje porque era mejor que las vías terrestres para el contacto entre las ciudades.

Fenicia, por su situación geográfica, estaba destinada a ser una rica encrucijada comercial, codiciada por los grandes imperios vecinos.

EL PUEBLO FENICIO

La cultura fenicia es una civilización antigua que no dejó firmes huellas físicas de su existencia.

Agricultura y explotación forestal

Si bien la geografía de la región era accidentada, los fenicios aprovecharon al máximo las posibilidades del suelo para la explotación agrícola y cultivaron hasta en las laderas de las montañas. Sus bosques de cedros del Líbano les permitían la explotación de madera.

Vino fenicio

 Los fenicios fueron uno de los primeros pueblos antiguos en tener un importante efecto sobre la historia del vino. A través del contacto y el comercio difundieron su conocimiento de la viticultura y la producción de vino y propagaron varias variedades antiguas de vid. Introdujeron o animaron la expansión de la viticultura y la producción de vino en varios países que siguen elaborando variedades aptas para el mercado internacional, como el Líbano, Argelia, Túnez, Egipto, Grecia, Italia, España o Portugal.

Colonización fenicia

Durante sus largos viajes debían abastecerse en distintos puntos de su recorrido. Con el tiempo, esas escalas fueron transformándose en establecimientos permanentes que permitieran el almacenamiento y el comercio estable con los pueblos indígenas, que la historiografía denomina factorías o colonias, de forma similar a las colonias griegas. La colonización fenicia fue un fenómeno comercial y poblador localizado en puertos de fácil defensa, penínsulas o islas cercanas a la costa, sin conquistas territoriales en el interior.
Representación de barcos y puerto fenicio

Las colonias fenicias se esparcieron prácticamente por toda la ribera sur mediterránea y sus islas: desde Gadir, más allá del estrecho de Gibraltar, en el entorno del mítico reino de Tartessos y puerta de las rutas del océano Atlántico, hacia el norte —Europa— y el sur —África—, hasta las costas de Asia y el mar Negro.
Los fenicios fueron el primero de los pueblos colonizadores históricos de la península ibérica. Los restos arqueológicos más antiguos descubiertos hasta la actualidad proceden de Malaka (Málaga) y Gadir (Cádiz), aunque establecieron colonias también en el mediterráneo peninsular en Toscanos (Vélez-Málaga), Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra), Cerro del Prado, Chorreras, Villaricos, Mazarrón, Guardamar de Segura; y en el área atlántica peninsular en Onuba (Huelva), Chiclana de la frontera, (Cádiz), Abul (Alcacer do Sal) y probablemente en Olissipo (Lisboa) y en otras escalas en la ruta comercial, que siendo de origen prehistórico llegaba hasta Galicia e incluso las Islas Británicas al norte y a las Islas Canarias en el sur.


El pueblo fenicio contribuyó a crear un importante vínculo entre las civilizaciones mediterráneas y más aún entre las formas artísticas del mundo antiguo, por imitación, fusión y difusión de ellas, aunque no se le considere como original creador de una gran cultura propia.

La cultura fenicia fue muy importante en su época pero, desgraciadamente, han quedado pocas huellas de su historia. Conocemos de su existencia, sobre todo, a través de los textos de otros pueblos que entraron en contacto con ellos, en particular los asirios, babilonios y, más tarde, los griegos. Se estudia principalmente en las ruinas de las ciudades que fueron colonias de Sidón o Tiro, como las de Cerdeña y Andalucía y, sobre todo, en las establecidas en la isla de Chipre.

LOS FENICIOS EN ESPAÑA

            Los fenicios llegaron a las costas mediterráneas a comienzos del I milenio a.C, introduciendo  una serie de materiales muy diversos: cerámicas, marfiles, vidrios, bronces, tejidos…, además de técnicas hasta entonces desconocidas como son con el torno de alfarero, la metalurgia del hierro o un nuevo diseño arquitectónico con viviendas que muestran esquinas en ángulo recto.
            Además los fenicios cultivaron el olivo y se convirtieron en difusores por la cuenca del Mediterráneo y en exportadores de ungüentos y aceites

Los fenicios en la Península Ibérica



¿Adamuz tierra colorada de los fenicios?

Esta expresión se hizo famosa en el siglo XIX cuando el historiador cordobés Luis María de las Casas Deza afirmó que el nombre de Adamuz provenía del hebreo (los fenicios trajeron a la Península Ibérica un dialecto del hebreo) “adamotz”, cosa que interpretó como tierra colorada. Esta afirmación fue desmontada por Pascual Madoz que en su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” cita textualmente: El señor de las Casas – Deza en su preciosa “Corografía histórico-estadística de la prov. Y ob. De Córdoba”, dice, refiriéndose á Pablo Céspedes, que el nombre de esta v. viene de la palabra hebrea adamotz, la cual se interpreta tierra colorada, y conviene exactamente á su suelo. El idioma que trajeron los fenicios á España, era un dialecto del hebreo, y por solo este indicio remonta aquel distinguido joven la antigüedad de Adamuz, hasta época tan lejana, suponiendo que los fenicios la fundaron ó habitaron. Pero como este nombre no aparece mencionado por ningún historiador ni geógrafo alguno de la antigüedad, ni consta después de gana el país á los árabes […], sentimos no poder estar de acuerdo en cuanto al origen de este pueblo con nuestro apreciable amigo el Sr. Ramirez de las Casas-Deza.

Entonces ¿a cuál de los dos historiadores le debemos de hacer caso? Nosotros nos declinamos a apostar por la teoría de Pascual Madoz, ya que no se han encontrado ni vestigios arqueológicos, ni documentales que afirmen que Adamuz fue tierra de fenicios.

Si bien es cierto que Adamuz es tierra colorada, pero no de los fenicios sino de molinaza. Las afloraciones de esta arenisca roja alrededor de Adamuz y la utilización de la misma en la construcción de sus monumentos, edificios y casas señoriales tiñen de rojo el paisaje de Adamuz.

             Pero no sería de recibo decir que los fenicios no estuvieron por tierras cordobesas, de hecho estuvieron cerca de Adamuz, concretamente en Córdoba y Montoro.

            La mayoría de las investigaciones se han centrado en la baja Andalucía, pero afortunadamente en los últimos tiempos se está dando esta circunstancia en la Alta Andalucía, aun así hay muy pocos trabajos sobre esta civilización es esta zona.

Córdoba por encontrarse junto al río Comercial tenía un importante tráfico comercial, debido a que el río Guadalquivir era Navegable hasta esta ciudad, además a esto se le une que Córdoba poseía y una próspera agricultura y una abundante minería. Además la distancia entre Córdoba y Sevilla y la desembocadura del río era prácticamente la misma, esto hacía que el transporte de mercancías fuese más sencillo. A todo esto se le suma que Córdoba se situaba en un montículo que le permitía una defensa fácil.

Existen dos teorías para la fundación de Córdoba:
1.    La ciudad fue fundada por los Íberos en la Colina de los Quemados, los que en la actualidad corresponden a la Ciudad de los Niños, se han encontrados restos de esta civilización es esta zona. Esta es la teoría más precisa ya que cuando llegaron los romanos lo que encontraron fue la población íbera.
2.    La segunda teoría afirma que Córdoba fue fundada por la colonizaciones Fenopunicas, es decir, por los fenicios y griegos, atraídos por la riqueza mineral y la fertilidad de las tierras. Lo más seguro es que esto pueblos convivieran con la población indígena.
Algunos afirman también que la palabra Córdoba tiene raíces fenicias y que significaría algo así como ciudad buena o altura próxima al río. Se han encontrado restos de esta civilización en la ciudad.

            Montoro antaño llamada Epora, fue visitada por fenicios, griegos y romanos, que fueron la que le dan mayor esplendor.
            Los fenicios en los siglos VII y VI a.C impone su cerámica a torno y pintadas con barniz rojo, es de este periodo el fragmento de peine de marfil con una sola hilera de púas encontrado en el Llanete de los Moros de Montoro.



 En este yacimiento se han encontrado, además de los únicos restos de hierro conocidos en esa zona dos fragmentos amorfos, una serie de materiales que, en términos generales, cabe datar entre los años finales del siglo VII y comienzos del VI a. C. con formas como cuencos pintados, platos de engobe rojo, soportes en forma de anillo y ánforas. Además el asentamiento humano se mantuvo en Montoro hasta después de la caída de los Tartessos. En el mismo lugar donde se encontraron el peine también se encontraron cinco fragmentos de recipientes hechos con la técnica de núcleo de arena.
            Es muy probable que la influencia griega se dejara notar en el Montoro prerromano.

También se han encontrado restos fenicios en el Castellar de Cañete de las Torres donde recuperaron fragmentos de ánforas, lebrillos con asas de espuertas y vasos pithoides,  todos ellos correspondientes a los siglos VII-VI a. C.
            Otros restos fenicios encontrados en la provincia de Córdoba: La Saetilla, Cerro del Castillo de Carcabuey, Alcurrucén en Pedro Abad, Ategua,
Montilla, Cerro Cebero, Torre Alta, Cerro de la Horca, Hacho de Benamejí, Priego de Córdoba, Los Carramolos, Almanzora, Arroyo Cotrilla, El Villar, La Estrella, Hinojosa del Duque, Llerena, Pozoblanco y El Laderón.

En conclusión  ¿podríamos decir que Adamuz fue tierra colorada de los fenicios? En principio no, porque no se tiene constancia de restos arqueológicos encontrados sobre esta civilización en nuestro pueblo, aun así si es tierra colorada debido a la piedra de molinaza, como ya hemos expuesto anteriormente.

FUENTES:
·        https://www.montoro.es/turismo/breve_resena_historica
           
·        PASCUAL MADOZ : “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”

·        RAMIREZ DE LAS CASAS – DEZA: “Corografía histórico-estadística de la provincia. y obispado de Córdoba”,

·        JUAN ANTONIO MARTÍN RUIZ:  “Importaciones fenicias en la provincia de Córdoba durante el período Orientalizante”.